Entrevista a Jesús Girón

Coordinador del Sector Servicios de co.bas Catalunya

El sector servicios de nuestro sindicato agrupa a diferentes colectivos que trabajan para la administración pública. En los últimos años ha acumulado una cantidad considerable de conflictos y luchas para hacer frente a unas problemáticas que, si bien tienen formas diferentes, suelen tener causas comunes. Entrevistamos a nuestro compañero Jesús Girón, coordinador del sector servicios de co.bas Catalunya, para conocer más de cerca los motivos de esta situación.

¿A qué se debe esta conflictividad laboral que sufre el sector?

Esta conflictividad se debe a la situación altamente precarizada que soportan los trabajadores y las trabajadoras de servicios tan fundamentales como el SAD, la limpieza viaria, la limpieza de edificios municipales, o la recogida de residuos urbanos, donde tenemos una importante representatividad en Catalunya. Las contrataciones temporales, los contratos a tiempo parcial y los bajos salarios, son los problemas más habituales en este sector. De hecho, más del 80 % de los salarios que antes superaban el salario mínimo interprofesional han acabado igualándose a él en la actualidad, con los últimos incrementos aplicados.

Uno de los colectivos que más huelgas ha convocado recientemente ha sido el de la recogida de basura ¿Puedes hablarnos de los motivos?

El sector de la recogida de basuras ha sido siempre un sector muy combativo desde sus orígenes. Ya cuando se firmó el primer convenio de la ciudad de Barcelona, durante los primeros años de la transición, las autoridades administrativas tuvieron que recurrir a la militarización del servicio para tratar de derrotar las huelgas y la organización de los trabajadores. Parte de esa memoria se ha mantenido en el sector hasta no hace muchos años. En la actualidad siguen los conflictos, porque existe una gran disparidad de salarios para un mismo servicio en función del municipio, y se dan discriminaciones salariales incluso en el mismo municipio por servicios similares.

Hay poblaciones que todavía en la actualidad no tienen convenio, mientras que otras que han conseguido salarios y condiciones dignos a base de muchas luchas y huelgas. Son condiciones que constantemente se han de estar peleando cada vez que el servicio sale a concurso y una nueva empresa se hace cargo de él.

¿De estas huelgas cuáles han sido las más importantes?

Recuerdo especialmente la de Cadaqués por solidaridad: el Ayuntamiento intentó el despido de tres trabajadores magrebíes de la plantilla y para impedirlo se hizo una huelga en toda la provincia que al final consiguió pararlos. También la huelga de Figueres, donde, después de semanas de huelga y de conflicto, conseguimos que el Ayuntamiento, la misma noche de Nochebuena a las cuatro de la mañana, firmara acuerdo de convenio que unía tres actividades: alumbrado, jardinería y residuos, en un solo marco al que dimos el nombre de “convenio-ciudad”. Este fue un convenio que el Ayuntamiento no quiso publicar y que, además, fue demandado por la Generalitat de Catalunya. Esta demanda tenía la intención de mantener la separación de convenios y la división de colectivos, apoyándose en un viejo marco de las ordenanzas franquistas para evitar un convenio que nos hacía mucho más fuertes. Todavía no ha habido sentencia definitiva, por lo que el Ayuntamiento ha subrogado al 40 % de la plantilla para mantener la división.

Estas son dos de las más simbólicas de una lucha global. Un elemento muy importante y común en todas las peleas y en todas las conquistas que hemos conseguido ha sido dar la batalla por igualar los salarios, manteniendo el viejo lema de “a igual trabajo, igual salario, igual categoría” y además incluir una cláusula que, en plan irónico, llamamos «el quitamiedos». Dicha cláusula consiste en que en el caso de despido improcedente –al igual que los delegados sindicales–, el trabajador o la trabajadora tengan la opción de elegir entre readmisión o indemnización. Hasta el día de hoy, en el sector de la limpieza hemos firmado más de 12 convenios en Catalunya donde está incluida la mencionada cláusula. En el resto de España no existe y en la inmensa mayoría de los convenios del resto de sectores tampoco. Excepto co.bas, ninguna organización sindical defiende esta reivindicación en las negociaciones colectivas.

¿Cómo se entiende que servicios esenciales para la sociedad y obligatorios para la administración lo gestionen empresas privadas?

La externalización del servicio de limpieza por parte de los ayuntamientos ha sido una constante histórica, como ejemplo podemos citar el caso de Barcelona, donde desde 1915 hasta hoy la misma empresa –primero como Fomento de Obras y Construcciones (FOCSA) y en la actualidad como Fomento de Construcciones y Contratas (FCC)– gestiona ininterrumpidamente la recogida de residuos y la limpieza viaria en la ciudad.

El argumento siempre ha sido el mismo, el de dar mayor profesionalidad y calidad al servicio, admitiendo la incapacidad de los ayuntamientos para gestionarlos. Nadie se preocupó de formar a los técnicos municipales que se contrataban para gestionar estos servicios. Era más fácil ceder la prestación del servicio a estas multinacionales o empresas nacionales, a la vez que así también externalizaban los conflictos con las plantillas cuando estas reivindicaban mejoras salariales y de condiciones.

La precarización a la que estas empresas someten a sus plantillas es enorme. No negocian, por lo que se ha complicado muchísimo firmar buenos convenios de empresa. En el caso de las empresas que son 100 % capital municipal, aplican dos normas: el Estatuto de los trabajadores en su versión más restrictiva y las directivas europeas que regulan el gasto público.

El Estatuto, sobre todo, limita mucho el tema económico. Cuando el Gobierno dice que sube los salarios el 2%, aunque el IPC haya subido el 4%, a los trabajadores se les aplica esa subida del 2% y no les dejan casi margen de maniobra para negociar sus condiciones salariales. En la práctica, los ayuntamientos no tienen capacidad de negociar incrementos salariales y las empresas privadas no quieren dar esos incrementos salariales, ni mejorar las condiciones, porque implica un coste que ellas no quieren asumir y que la administración no puede dar por ley, dejando casi sin margen para la negociación colectiva, por lo que el conflicto, en la mayoría de los casos, está servido.

¿Quién hay detrás de todas estas empresas que hoy se han hecho con la totalidad de los servicios?

La mayoría de las empresas que hoy gestionan estos servicios están en manos de capital financiero de las compañías del IBEX 35: FCC, Valoriza, Urbaser, PreZero, OHL, Cespa, Onix, muchas de ellas son multinacionales de capital extranjero, pero esto ya no tiene importancia. Constantemente cambian de nombre, se fusionan o son absorbidas, mientras compiten a la baja en salarios para hacerse con la contratación de los servicios esenciales para la ciudadanía.

Para terminar ¿qué papel ha jugado en todas estas luchas la importante presencia de trabajadores y trabajadoras inmigrantes dentro de este sector?

La inmigración, hay que recordar, no es un fenómeno nuevo, tiene un componente histórico. En los años sesenta y setenta hubo una gran emigración hacia Catalunya de personas procedentes del campo que huían del hambre y la miseria que se vivía en la España franquista. Eran los años del desarrollismo y en Catalunya abundaba el trabajo, mal pagado y en condiciones no muy buenas, pero trabajo, al fin y al cabo. Estos trabajadores venían buscando una mejor calidad de vida. La limpieza y la recogida de basura no eran trabajos donde se exigiera una formación profesional, por lo que muchos se incorporaron a trabajar en estos sectores, que dicho sea de paso siempre han sido despreciados por la sociedad.

Hoy vivimos unas circunstancias parecidas, donde muchos de los nuevos inmigrantes que llegan de otros países se han incorporado a estos sectores, que ahora están muy solicitados, buscando lo mismo que buscaban la emigración interna de los años setenta: un salario justo y unas condiciones de vida dignas. En todos estos años en el sector he aprendido una lección clara: la lucha codo con codo por la mejora de estas condiciones se ha convertido en un gran pegamento para la clase trabajadora, por encima de cualquier diferencia de origen, idioma o religión.